Ayer por la tarde recibí una llamada; el móvil que me llamaba era el de Marijose, le contesté: ”¿qué pasa Marijose”, y una voz me contestó: “nooo, soy Raúl; papa, tráeme la gorra y gusanitos”.
Cuando llegué al hospital, se plantó la gorra del revés, se comió los gusanitos… y tan contento.
Por la noche se ha despertado tres veces porque se le ha caído la gorra. ¡Ha dormido con la gorra!
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