Esta tarde he llevado a Raúl a casa de mis padres para que se quede un par de días. Marijose se ha resfriado y tenemos cierto miedo a que pueda pillarlo y como ingresamos el domingo... más vale prevenir que curar.
Lo gracioso es que le hacemos una pequeña bolsa (el pijama y otras cositas), y cuando nos vamos a ir le dice a la hermana que se va por mucho tiempo; Yoli le explica que se va a casa de abuela, que no va a Córdoba.
La respuesta de Raúl: "Ah, vale", y se que da tan tranquilo.
Es curioso que, aunque nosotros no ocultamos nada y hablamos las cosas, el tío coge todas las cosas y se entera de cuando nos vamos y todo eso, se da cuenta de todo.
¡Cuidado con lo que hablamos delante de los niños!, que son más listos que el hambre.
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