jueves, 14 de mayo de 2009

Palmadita en la espalda

A todos nos gusta que nos den una palmadita en la espalda de vez en cuando, que se nos diga que lo que hemos hecho está bien, aunque no haya sido esa nuestra intención. Justamente es lo que me pasó ayer en el hospital mientras esperaba que me dieran un informe de Raúl.

Una señora que estaba cerca y escuchaba la conversación reconoció que fui el que llamó a la radio por lo de las agujas del hospital, me dijo que estuvo muy bien, que le pareció genial que lo hiciera aunque a mi hijo no le “fuera a afectar” más eso.

Ya digo que no lo hice con ninguna intención de reconocimiento, pero me sentí orgulloso; hacía mucho tiempo que no me sentía orgulloso de mí mismo, y este ha sido un gran momento.

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